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La innovación en Alemania

Número uno en investigación y desarrollo: en la lista de los países más innovadores, Alemania está a la cabeza. Pero tiene una debilidad.

Martin Orth, 13.09.2020
Un empleado de la empresa Dürr AG prueba un robot de pintura.
Un empleado de la empresa Dürr AG prueba un robot de pintura. © picture alliance / Sebastian Gollnow/dpa

En el actual Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial, Alemania figura en primer lugar, como país más innovador del mundo. En el estudio se da una calificación particularmente alta a la investigación y el desarrollo en el país, con más de 290 solicitudes de patentes por millón de habitantes. Es el resultado de una gran inversión en I&D, una excelente investigación universitaria, fuertes instituciones de investigación no universitarias y empresas muy competitivas.

¿Quiénes son los grandes protagonistas de la investigación y el desarrollo?

La mayor parte de la inversión en investigación y desarrollo proviene de la industria, que en 2018 invirtió el 68,8% de un total de 104.800 millones de euros. La mayoría de las solicitudes de patentes fueron presentadas por empresas y proveedores de automóviles: BMW, Daimler, Volkswagen, Audi Bosch, Schaeffler y ZF Friedrichshafen (2019). En la Oficina Europea de Patentes, Siemens, Bosch y BASF forman parte del grupo de empresas con más patentes. Las 426 universidades en total en Alemania contribuyeron con el 17,7% de las patentes, las instituciones de investigación no universitarias con el 13,5%. Entre ellas figuran los Centros Helmholtz, los institutos de la Fraunhofer Gesellschaft y la Sociedad Max Planck, así como las instituciones de la Asociación Leibniz.

Kristian Kersting, profesor de Inteligencia Artificial en la Universidad Técnica de Darmstadt
de Darmstadt © Jonas Ratermann

¿Por qué Alemania no es líder en competitividad?

En la clasificación general del Índice de Competitividad Global, Alemania sólo ocupa el 7º lugar, lo que se explica por el criterio “comercialización”. Alemania ocupa solo el 5º lugar a nivel mundial en cuanto a la introducción de nuevos productos en el mercado. Esa es una conocida debilidad de la economía alemana, también conocida como la “paradoja alemana”. La primera computadora fue desarrollada en Alemania, en 1941 por Konrad Zuse; el formato MP3 fue desarrollado en 1982 en el Instituto Fraunhofer de Erlangen y Mercedes Benz inventó el airbag en 1971, pero el mayor beneficio con esos productos lo obtuvieron otros. El ejemplo más reciente: la primera generación de Siri, el software de reconocimiento de voz de Apple, se basa en técnicas investigadas por Kristian Kersting, ganador del premio alemán de Inteligencia Artificial.

¿Cómo se puede resolver la paradoja alemana?

Kristian Kersting, que trabajó durante mucho tiempo en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y ahora es profesor de Inteligencia Artificial en la Universidad Técnica de Darmstadt, desea que en Alemania haya más entusiasmo por la tecnología, menos dudas. “Cuando pongo una moneda en una máquina expendedora de Coca-Cola, no siempre exijo una aclaración inmediata sobre cómo se fabrica el producto o qué peligros puede suponer. El Gobierno alemán ha reconocido el problema y está tratando de resolverlo con la Estrategia de Alta Tecnología. El objetivo: pasar de país de los inventos a país de la innovación. En primer lugar en la agenda se hallan: Economía y Trabajo 4.0, Salud y Asistencia, Movilidad, Sostenibilidad, Protección del Clima y Energía.

© www.deutschland.de

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