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La controversia sobre el CO2

El movimiento Viernes por el Futuro exige un impuesto radical sobre las emisiones de CO2. Un prominente científico lo rechaza terminantemente. ¿Quién tiene razón?

Martin Orth, 13.09.2019
Manifestación de Viernes por el Futuro en Magdeburgo
Manifestación de Viernes por el Futuro en Magdeburgo © dpa

El movimiento Viernes por el Futuro ha dado una fuerte voz a la protección del clima. Cada vez más personas muestran comprensión para con la exigencia de que es necesario tomar medidas integrales, rápidas y eficientes para cumplir con el Acuerdo de París sobre el Clima. Los políticos se apresuran a presentar propuestas concretas. Y los científicos discuten acerca de cómo el calentamiento global puede limitarse a menos de 1,5 grados centígrados. Porque sobre de qué forma puede lograrse el objetivo aún se debate.

¿Qué exige el movimiento?

El movimiento Viernes por el Futuro exige a Alemania que desactive una cuarta parte de sus centrales eléctricas de carbón para fines de 2019, adelante la eliminación progresiva del carbón a 2030 y grave impositivamente los gases de efecto invernadero.

¿Cuál es la situación?

La Comisión del Carbón ha recomendado al Gobierno alemán que elimine progresivamente el carbón a más tardar hasta el año 2038. En 2032 se examinará si la fecha de eliminación gradual puede adelantarse a 2035. Además, se planea tomar otras medidas. Sin embargo, en el contexto de la ya decidida eliminación progresiva de la energía nuclear, también es necesario tener en cuenta la seguridad del suministro.

Profesor Gabriel Felbermayr, presidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel
Profesor Gabriel Felbermayr, presidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel © dpa
Una acción unilateral alemana puede llevar a que las emisiones sean trasladadas simplemente a otros países.
Profesor Gabriel Felbermayr, presidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel

¿Por qué aboga el experto?

Un destacado oponente de un impuesto nacional sobre las emisiones de CO2 es el profesor Gabriel Felbermayr, presidente del renombrado Instituto de Economía Mundial de Kiel. “Un esfuerzo que se realice solo en Alemania puede llevar a que el ahorro en el país tenga poco efecto sobre las emisiones globales, porque las emisiones simplemente se trasladan a otros países. Es un problema típico cuando se trata de bienes comercializables”. Felbermayr aboga por un modelo similar al del IVA, en el que el contenido de CO2 de mercancías importadas sea gravado impositivamente con el precio del CO2 en Alemania y a las exportaciones se las excluya de ese recargo. De lo contrario, Alemania no protegería el clima ni sería competitiva.