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“Se necesita más ayuda”

António Guterres, Alto Comisario de la ONU para los Refugiados, sobre la crisis de refugiados y el papel de Alemania.

16.12.2014
© dpa/Thomas Imo/Pool - UNHCR

Sr. Guterrres, desde hace casi diez años es usted Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados. ¿Cómo ha cambiado la situación desde que asumió su cargo, en 2005?

El número de refugiados y desplazados ha aumentado considerablemente en la década pasada. Cuando asumí el cargo, había en el mundo unos 38 millones de 
seres humanos refugiados o desplazados como consecuencia de la violencia y la persecución. Para fines de 2013, las estadísticas globales registran más de 51 millones de refugiados. El número de conflictos aumentó, mientras las viejas crisis continúan sin ser resueltas. La necesidad de ayuda humanitaria aumenta por lo tanto sin cesar.

¿Existen actualmente motivos para ser optimista?

Yo no soy muy optimista. No cuento con que ese proceso se revierta en un futuro próximo. A nivel internacional existen sencillamente muy pocas capacidades para evitar o solucionar conflictos. Factores tales como el crecimiento de la población, el cambio climático, la escasez de alimentos y de agua agudizan la situación humanitaria. Importante es, sin embargo, que el derecho de asilo –salvo excepciones– es mayormente respetado y que la mayoría de las personas logra hallar protección de conflictos y persecución. La gran mayoría de los refugiados es acogida, no obstante, por 
países en desarrollo, que necesitan claramente más apoyo internacional.

Las guerras civiles en Siria e Irak provocaron catástrofes humanitarias. ¿Asume la comunidad internacional su responsabilidad en relación con los afectados?

La disposición a ayudar es enorme, pero no alcanza, en vista de las crecientes necesidades. Más allá de las consecuencias del conflicto en Siria para la seguridad en toda la región, los países vecinos sufren mucho las consecuencias, simplemente por el gran volumen de refugiados. Para asistir a los refugiados hay que ayudar también a los países que los acogen. La presión sobre su infraestructura, sus hospitales, sus escuelas y presupuestos públicos es demasiado grande. Ha llegado la hora de la cooperación para poder estabilizar la situación.

El número de refugiados en Alemania es también el mayor desde mediados de los años 1990. ¿Está el país bien preparado para acogerlos?

En el contexto europeo, Alemania tiene una larga tradición de asilo. En vista de la actual crisis, muchos ciudadanos y comunas realizan grandes esfuerzos y hacen 
todo lo posible para dar la bienvenida a quienes busca refugio y manifestarles su solidaridad. Eso es algo muy valioso, porque presupone la existencia de un amplio consenso social. Para acoger a refugiados de acuerdo con estándares humanos adecuados es necesario, sin embargo, ofrecerles algo más que una cama para una noche. Soy consciente naturalmente de los desafíos que supone el creciente número de solicitantes de asilo, pero estoy también absolutamente seguro de que las 
necesarias mejoras y el aumento de las capacidades de alojamiento son vistos actualmente en Alemania como una tarea política prioritaria.

Usted criticó varias veces la falta de 
una armonización en la política europea de asilo. El Parlamento Europeo aprobó en 2013 un nuevo Sistema Europeo Común de Asilo. ¿Va Europa por la senda correcta?

La reformulación de la directiva sobre procedimientos de asilo en el Sistema Europeo Común de Asilo es un importante paso hacia adelante. Muchos países europeos, sin embargo, siguen teniendo un frágil sistema de asilo.

¿En qué sentido?

Los solicitantes de asilo tienen dificultades para acceder a algunos países y procedimientos. Existen considerables diferencias entre los países miembros en cuando se refiere a tasas de reconocimiento de solicitantes provenientes del mismo país. Las ayudas para la integración de refugiados reconocidos a menudo no son suficientes. Muchos países europeos se ven confrontados con complejos desafíos. Los países del Sudeste de Europa y los de las fronteras exteriores de Europa deben resolver problemas particularmente complejos. Un triste ejemplo son los dramas de refugiados en el Mar Mediterráneo. Con el fin de la operación marítima italiana “Mare Nostrum”, para la cual no hay un sustituto adecuado en cuanto a capacidades de búsqueda y rescate, habrá en mi opinión aún más muertos. Europa solo acoge a un ocho por ciento de los refugiados y solicitantes de asilo en todo el mundo. Es posible hallar soluciones.

¿Cuáles serán en el futuro los grandes desafíos para la ayuda a los refugiados y qué países, además de Siria e Irak, le preocupan?

La atención de los medios se dirige sobre todo hacia el Próximo Oriente y Ucrania, pero para ACNUR, las mayores necesidades en cuanto a finanzas y personal se 
registran en África. Sudán del Sur y la República Centroafricana están siendo afectadas actualmente por serias crisis humanitarias. Además existen numerosas crisis que generan constantemente refugiados desde hace décadas. Somalia y Afganistán son dos ejemplos de ello. Allí trabajamos estrechamente con los correspondientes gobiernos, los países de acogida y otras organizaciones para tratar de hallar soluciones sostenibles. ▪

Entrevista: Helen Sibum