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¿Asunto privado o tesoro artístico nacional?

En Alemania se desató un debate en relación con la planeada Ley de Protección de Bienes Culturales. Sobre todo renombrados artistas contemporáneos, como Gerhard Richter y Georg Baselitz, la rechazan vehementemente. Un panorama de las posiciones.

08.09.2015
© dpa/Jan Woitas - Culture

¿Asunto privado o importante tesoro artístico? Un acalorado debate se ha desatado en Alemania en relación con esta cuestión. Como todos los Estados miembros, también Alemania debe implementar una directriz de la Unión Europea del año 2014. El objetivo de esa directriz es ayudar a organizar la devolución de bienes culturales llegados a un país en forma ilegal. El Gobierno federal alemán aprovechó la oportunidad para revisar todas las regulaciones de protección de bienes culturales vigentes en Alemania. Resultado: planea reunir en una nueva ley tres leyes anteriores. El objetivo es mejorar las posibilidades de lucha contra el tráfico ilegal de obras de arte y limitar la venta al exterior de “bienes culturales de valor nacional”.

Sobre todo con respecto a la definición de “bien cultural de valor nacional” se ha desatado una fuerte discusión. Ya desde la época de la República de Weimar existe una lista de obras cuya venta al exterior está prohibida, porque se las quiere dejar en Alemania debido a su particular importancia. Monika Grütters, la Delegada del Gobierno Federal para la Cultura y los Medios, desea incluir ahora otras obras en esa lista. Los artistas y los coleccionistas temen que las obras de su propiedad puedan ser declaradas en bloque bienes culturales de valor nacional. Una venta al exterior sería entonces posible solo con una autorización especial.

Gerhard Richter teme una limitación de la libertad

En efecto, en la nueva ley se planea poner bajo protección colecciones públicas completas. Eso sería ventajoso para los museos, porque, por ejemplo, podrían exigir más fácilmente una devolución en caso de que obras robadas aparecieran en otro país. Importante es la mayor protección también con miras a hallazgos arqueológicos. La idea es que nadie pueda enriquecerse con el tráfico ilegal de piezas arqueológicas. “La protección de los bienes culturales está hasta ahora muy poca desarrollada en Alemania”, dice Grütters, “y lo queremos corregir”.

Muchos representantes del mundo artístico rechazan, sin embargo, los planes. Gerhard Richter, el pintor vivo más solicitado a nivel mundial, ve en la planeada ley una limitación de la libertad. “Nadie tiene el derecho de prescribirme qué hago con mis cuadros”, dijo al periódico Dresdner Morgenpost. El pintor y escultor Georg Baselitz exigió la devolución de algunas obras que le había prestado al museo Albertinum, de Dresde. Los defensores de la ley rechazan las críticas. Más del 90 por ciento de los bienes culturales podrán venderse al exterior también en el futuro, argumentan. Además, los representantes del comercio de arte han sido incluidos desde un principio en las conversaciones sobre la planeada ley, agregan.

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