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Entrevista con el comisario de la UE Karel De Gucht

El comisario de Comercio de la UE sobre obstáculos y metas en la senda hacia un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.

15.03.2013
© picture-alliance/dpa

SR. DE GUCHT, un tratado de libre 
comercio con EE. UU. es el tema del momento. ¿Qué lo hace tan atractivo?

La mitad de la producción y un tercio del comercio mundiales se generan en la UE y los EE. UU. Diariamente se facturan en las dos regiones bienes y servicios por valor de dos mil millones de euros. Una zona de libre comercio transatlántica abriría nuevas perspectivas y transformaría ambas económicas en las próximas décadas. Además, en tiempos de turbulencias económicas, un crecimiento estimado del producto bruto interno del 0,5% derivado del tratado de 
libre comercio es algo muy atractivo.

¿Cuándo comienzan las negociaciones?

Esperamos comenzar las negociaciones 
antes de fines de junio de este año. EE. UU. desea aprobar un paquete completo. Nosotros también queremos impulsar las negociaciones y llegar rápidamente a un acuerdo. Pero, en última instancia, lo importante es hacerlo bien. Lo que cuenta son los contenidos y no la velocidad.

Las relaciones económicas transatlánticas representan ya hoy la mitad de la economía mundial. Los aranceles aduaneros son ya bastante reducidos. ¿Qué impulsos pueden esperarse de un tratado de libre comercio?

Efectivamente, los aranceles aduaneros a las importaciones existentes entre los EE. UU. 
y Europa son ya reducidos, de aproxi­madamente el 4%. Pero el volumen de nuestro comercio es tan enorme que una eliminación de las tasas, aunque sean tan pequeñas, significaría para nuestras empresas un ahorros de millones, particularmente teniendo en cuenta que una gran parte del comercio transatlántico tiene lugar dentro de las mismas empresas. Las autopartes, por ejemplo, son transportadas a través del Atlántico una vez como componentes y otra como producto terminado, de tal forma que se pagan dos veces tasas aduaneras. Pero para nosotros hay elementos mucho más importantes que la eliminación de los aranceles. En las negociaciones 
debemos concentrarnos particularmente en los obstáculos que se hallan detrás de 
las fronteras, tales como diferentes normas técnicas, estándares y condiciones de admisión. Un buen ejemplo son las normas de seguridad para automóviles vigentes en 
EE. UU. y la UE: tienen el mismo objetivo, pero son muy diferentes. Si homologamos 
o acep­tamos mutuamente nuestros estándares, nuestras empresas podrán ahorrar costos dobles innecesarios. Actualmente, los costos derivados de diferentes normas técnicas, estándares y procedimientos de admisión suponen estimativamente del 
10% al 20% más de aranceles para cada 
producto.

La Unión Europea espera que el tratado de libre comercio haga surgir un bloque económico que podría tener una influencia decisiva sobre el desarrollo de estándares globales para el comercio. ¿Qué planes tiene?

Las economías de la UE y EE. UU. generan la mitad del producto mundial. Un tratado de libre comercio abre la posibilidad de desarrollar regulaciones y estándares que marquen las futuras condiciones marco para las dos economías. Estándares mundiales formulados sobre la base de normas ya existentes en la UE y los EE. UU. ahorrarían mucho dinero a nuestras empresas, 
el dinero que hoy tienen que gastar para cumplir con los diferentes estándares actualmente existentes en el mundo. También podríamos fijarnos como meta que a nivel mundial sean definidos estándares altos.

La Ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial no ha llegado a resultados. ¿Cómo ve el desarrollo del comercio mundial a mediano plazo?

Hace dos años, a los miembros de la OMC les quedó claro que no se lograría hacer un paquete con todos los puntos de la Ronda de Doha. Sin perder de vista el objetivo de 
llegar a un acuerdo final en la agenda de 
desarrollo de Doha, los ministros de la OMC dieron luz verde para llevar adelante negociaciones en determinados sectores en los que los miembros pudieran llegar a un consenso en la IX Conferencia Ministerial de la OMC, en diciembre de este año, por ejemplo en la reducción de la burocracia en las autoridades arancelarias, en la facilitación 
del comercio y en algunas cuestiones relacionadas con la agricultura y el desarrollo. Por ello esperamos que en la Conferencia Ministerial a fines de este año podamos arribar a un acuerdo sobre alivios comerciales. Las ventajas económicas serían enormes, particularmente para los países en desarrollo.

Desde el fracaso de la Ronda de Doha, la UE apuesta por tratados de libre comercio bilaterales. ¿Con qué países se han firmado ya tratados? ¿Y qué países están en la agenda?

La UE mantuvo y mantiene negociaciones sobre tratados de libre comercio con di­versos países y regiones. Pero no lo vemos como una contradicción, sino como un complemento a nuestro compromiso. Hace poco firmamos tratados de libre comercio con Corea del Sur, Singapur, Colombia, 
Perú y América Central. Además avanzan bien las negociaciones con Canadá. También hablamos con otros potenciales socios, como India y Mercosur y próximamente comenzaremos negociaciones con Japón.

Finalmente, una pregunta personal. Sus actividades en esta función terminan a fines de octubre de 2014. Se espera que hasta entonces el tratado de libre comercio haya sido firmado. ¿Cómo serán esos dos años para usted personalmente?

Las negociaciones no serán fáciles. Ambas partes deberán esforzarse mucho para llegar a un acuerdo. Efectivamente, sería ideal que pudiéramos concluir nuestro trabajo en los próximos dos años. Pero lo más importante no es la rapidez, sino el logro de los ambiciosos objetivos. No deseo que la UE firme un tratado desequilibrado o que no responda a nuestras exigencias. La UE y EE. UU. asumen responsabilidad también por el resto de la comunidad comercial mundial. Juntos podemos demostrar que la mejor forma de salir de la crisis no es el proteccionismo, sino el acceso a mercados. Y que estamos en condiciones de definir estándares altos y somos sinónimo de éxito 
comercial. Pues no somos, como a menudo se afirma, los “viejos continentes”, sino modernas potencias comerciales líderes. Por ello iniciamos ahora nuestro trabajo y en lo que resta de mi tiempo en funciones haré todo lo que esté a mi alcance para allanar el camino hacia una zona de libre comercio que sería la mayor del mundo. ▪

Entrevista: Martin Orth

KAREL DE GUCHT, COMISARIO DE COMERCIO DE LA UE
El belga Karel De Gucht, nacido en 1954, es desde 2010 comisario de Comercio de la UE, con sede en Bruselas. El 13 de febrero de 2013 conversó con Ron Kirk, representante de Comercio de EE. UU., sobre el inicio de negociaciones para un tratado de libre comercio.