Embajadora por la justicia

Más de 320 jóvenes embajadores de más de 30 naciones colaboran con la Organización para el DesarrolloONE. Su objetivo común: combatir la pobreza extrema y lograr justicia global. Preguntamos a dos de ellos cuál es su motivación a la hora de implicarse. 

Kassandra Kate Ramey es Embajadora Juvenil de ONE desde 2012 y está comprometida con la lucha contra la pobreza extrema. Además, la joven estudiante (29) de Derecho de Bonn, está llevando a cabo su propia campaña contra el racismo en Instagram (#iseeracism). 

"En nuestro mundo, aparentemente muy avanzado, 700 millones de personas viven en condiciones de extrema pobreza. Hay muchas personas a las que se les niega el derecho a la educación y cuyos derechos humanos básicos son ignorados. Yo me niego a aceptar estas injusticias. Como Embajadora Juvenil de ONE, trabajo con gente joven para promover políticas de desarrollo sostenible y luchar por un mundo más justo donde se pueda erradicar la pobreza extrema. En concreto, trabajamos para llamar la atención de los responsables políticos y de la opinión pública sobre cuestiones globales relacionadas con la pobreza, la educación, la igualdad de género, la salud y el cambio climático.  

Una cuestión que también me interesa mucho es la diversidad cultural. Mi madre nació en Filipinas, mi padre es estadounidense y yo crecí en Alemania. Las diferentes culturas y estilos de vida me han marcado fuertemente. Podemos conseguir la igualdad de oportunidades para todas las personas, independientemente de su origen, color de piel, religión u orientación sexual, trabajando por un mundo más justo." 

Leon Haziraj tiene 21 años, estudia economía en la Universidad de Mannheim y trabaja como asistente académico en la Cátedra de Política Económica. Como Joven Embajador de ONE, está comprometido, entre otras cosas, con la justicia educativa global.

"En ONE lucho, junto con otros 50 jóvenes embajadores de Alemania, por la justicia global: hablamos con los responsables y organizamos campañas para llamar la atención sobre aquellos ámbitos en los que Alemania podría implicarse más a escala internacional. Por ejemplo, en 2022 reunimos miles de postales y mensajes, que entregamos personalmente a Wolfgang Schmidt, jefe de la Cancillería alemana. En términos concretos, estoy comprometida con la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, para que todas las personas, independientemente de su lugar de nacimiento, puedan vivir dignamente. El tema que más me preocupa es la justicia educativa. Por desgracia, a las niñas en particular se les niega a menudo el derecho fundamental a la educación, y eso supone una increíble pérdida de talento. En estos últimos años, acciones como las nuestras, han conseguido, por ejemplo, aumentar las tasas de escolarización en el hemisferio sur. Pero eso no es suficiente. Deseo contribuir a hacer del mundo un lugar aún mejor en este sentido, y no cejaré en mi empeño hasta que el mundo sea más justo." 

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