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Algo más que solo Riesling

¿Cuáles son las tendencias actuales en el vino alemán? ¿Se puede aprender el placer del vino? Consejos de la sumiller alemana Christina Hilker.

17.03.2017
© jackfrog/fotolia - Wine

Sra. Hilker, ¿qué tendencias predominan actualmente en Alemania como país vitivinícola?

En todo el mundo, en materia de vinos, al pensar en Alemania lo primero que viene a la mente es naturalmente el Riesling. Pero por supuesto que hay mucho más para descubrir. A principios de 2017, por ejemplo, constaté entre viticultores en Nueva Zelanda un gran interés por el Pinot Noir alemán. Pero sobre todo hay un gran número de jóvenes viticultores alemanes que explora nuevos caminos: por ejemplo fusiones como "Maxime Herkunft Rheinhessen" o "Generation Pinot" de Baden.

¿Qué ejemplos hay de esos nuevos caminos?

Hay una tendencia hacia el orange wine. Se trata de vinos blancos casi naturales, que se elaboran por maceración como el vino tinto. Es algo nuevo a lo que hay que acostumbrarse al principio: no tanto por el color naranja, sino por sus complejos aromas e intensos sabores. Pero hay también otros orange wines también muy atractivos. Otra tendencia que caracteriza especialmente a jóvenes enólogos alemanes, es un retorno a los aspectos fuertes de cada región vinera. Así, es especial las jóvenes generaciones demuestran que hay algo más que solo Riesling. Por ejemplo cuando redescubren variedades de Borgoña en Palatinado, de Silvaner en Franconia o de Lemberger en Württemberg.

No todo el mundo entiende el disfrute del vino. ¿Se puede aprender a disfrutar el vino?

Sí, pero depende naturalmente de con qué vino se empieza. Especialmente a los jóvenes les gustan los vinos muy perfumados, sobre todo rosado con aromas de cereza y fresa, o Sauvignon Blanc con matices que recuerdan la grosella. También se pueden probar vinos con sabores más complejos, de tierra o roca. Quien está dispuesto a experimentar, desarrolla también su sentido del gusto. A menudo hay vivencias reveladoras, como cuando un vino no tiene por sí solo un sabor especialmente atractivo, pero resulta maravilloso en combinación con ciertos alimentos. La cocina regional en Alemania conoce innumerables casos de combinaciones de vinos y comidas. Buenos ejemplos son el Riesling del Rheingau con tarta de cebolla o Lemberger con fetas de carne y fideos de Suabia (späzle).

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