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Cambio oveja por barro: 30 años de “Catán”

Kim BergKim Berg, 27.05.2025
Schnitzel & Smalltalk

¿Juegos de mesa alemanes que han conquistado el mundo? Hay varios, pero sin duda el más famoso es “Los Colonos de Catán”, conocido simplemente como “Catán”. Se trata de un juego de mesa estratégico en el que los jugadores recolectan recursos, los intercambian y colonizan una isla ficticia.

Desde que se publicó en 1995, el juego ha vendido más de 45 millones de unidades en más de 100 países. Eso lo convierte no solo en uno de los juegos “made in Germany” más exitosos, sino también en un clásico internacional que sigue triunfando en las mesas de juego. Y en 2025 cumple 30 años.

No es de extrañar que el juego tenga tanta popularidad. Catán es como una versión lúdica de Alemania: enfocado a la eficiencia y el desarrollo continuo de sus infraestructuras. Quien haya visto un domingo por la noche cómo la jugada “mover al ladrón” puede romper amistades lo sabe bien: este juego va más allá del simple entretenimiento. Saca a la luz personajes que uno no sabía que llevaba dentro: el barón del barro codicioso, la diplomática de la madera que no cede ni un palillo, la pastora de ovejas con más maña que lana o el colega del mineral que no suelta ni una carta. Este juego te enseña que negociar con amigos puede ser tan complicado como unas rondas de contactos en una cumbre europea.

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Quizá lo que engancha de Catán sea esa mezcla perfecta de estrategia, suerte y negociación. O que, como en la vida misma, siempre necesitas justo lo que nadie tiene en ese momento: “¿Alguien tiene oveja?” es una de esas frases míticas que se repiten en los salones de los fans de Catán desde hace tres décadas. Que Catán haya salido ya en un sinfín de ediciones, incluida una versión en el espacio, no sorprende a nadie a estas alturas. 

Así que: ¡felicidades, queridas colonas y queridos colonos! ¡Por otros 30 años más, llenos de trueques, carreteras infinitas y cumbres de crisis en el tablero del salón! Y que nunca se os olvide: ¡con trigo y mineral, hasta el pueblo más humilde puede convertirse en una ciudad próspera!