“En la ópera, no existen las fronteras entre las personas”
La soprano Elsa Dreisig, hija de un francés y una danesa, nos cuenta sobre la importancia de la Ópera Nacional de Berlín y un encuentro con Daniel Barenboim que la marcó.
Mi carrera comenzó en la Ópera Nacional de Berlín, un espacio que hasta el día de hoy siento como un hogar. Trabajar con Daniel Barenboim, que en ese momento era el director general de música, y el apoyo de un gran número de artistas y directores de orquesta grandiosos fue fundamental para mi desarrollo.
Recuerdo muy bien mi audición: Barenboim estaba sentado en el auditorio, canté Mozart y él se acercó al escenario para darme indicaciones. Para mí, fue un sueño cumplido. En ese momento, sentí que Berlín podía convertirse en mi hogar artístico y que ese lugar podría llegar a dejar una marca en mí.
Después de eso, estuve dos años en el Opera Studio de la Ópera Nacional Unter den Linden y, a continuación, cinco años como miembro fijo de la orquesta. Fue una experiencia totalmente distinta a la que tenía como artista invitada hasta ese momento. En las producciones de Berlín, me he sentido mejor que en cualquier otro sitio. Los cantantes son sociables, se siente como una comunidad. En otros espacios, una vez terminada la presentación, se van todos a casa. En Berlín, nos reunimos de inmediato en la cantina. La Ópera Nacional de Berlín tiene una energía especial.
La música, para mí, es un idioma universal. En el escenario, hay personas de muchos países. En este momento, por ejemplo, estoy cantando “Così fan tutte” en Milán con compañeros de Inglaterra, Francia, Países Bajos e Italia. Entre el público también hay personas de todo el mundo. Unos días atrás, estuve hablando con un hombre de Estambul que había viajado exclusivamente para vernos a nosotros. Son momentos que demuestran la unión que genera la música y la fuerza que puede tener la voz.
En una orquesta, te encuentras siempre con personas que hablan otros idiomas. Hay dos cantantes rusos con los que nos comunicamos en alemán, con otros, hablamos en francés o inglés. Cada vez debes volver a descubrir cuál es la mejor manera de trabajar juntos. El origen de cada uno es casi irrelevante. A través de la música, puedes acercarte a cualquier persona. La ópera es un espacio ideal para eso. La única manera de realmente llegar al público es abriéndonos y escuchándonos. En la ópera, no existen las fronteras entre las personas. La diversidad cultural crea algo impactante cuando se combina. Eso es lo que me encanta de mi profesión.
Acerca de la persona: Elsa Dreisig
Elsa Dreisig es una soprano francesa-danesa. Se unió al Opera Studio de la Ópera Nacional Unter den Linden en el año 2015 y, a continuación, formó parte de la orquesta. Desde Berlín, está construyendo una carrera internacional que le permite cantar en óperas de Ginebra, París o Viena.