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El clúster anticoronavirus

La industria farmacéutica alemana ha respondido con éxito a la pandemia del coronavirus. Un clúster ha destacado en el proceso.

Martin Orth, 24.07.2021
Fábrica de Biontech en Marburg
Fábrica de Biontech en Marburg © picture alliance/dpa

Nunca antes se había desarrollado una vacuna tan rápidamente como la vacuna contra el coronavirus. Este es el logro de la empresa farmacéutica Biontech, con sede en Mainz, en colaboración con la empresa estadounidense Pfizer. Biontech desarrolló una vacuna muy eficaz y segura en menos de un año y la comercializó conjuntamente. En el pasado, esto hubiera demorado años, si no décadas. Pero la historia de éxito probablemente no habría sido posible sin estos dos factores.

El clúster de la región metropolitana de Fráncfort del Meno

Tan importante como el rápido desarrollo de la vacuna es la mayor velocidad de producción y entrega. La región metropolitana de Fráncfort del Meno (Rhein-Main) ofrece las mejores condiciones para ello. La empresa farmacéutica Merck, con sede en Darmstadt, suministra a Biontech los indispensables lípidos y con los que el principio activo del ARNm se transporta de forma segura a las células del organismo tras su inyección. El fabricante de vidrios especiales Schott, con sede en Maguncia, produce los viales de vidrio de borosilicato necesarios para el transporte. Este vidrio es muy resistente a los productos químicos y a la temperatura, y evita interacciones entre el medicamento y el vial. El aeropuerto de Fráncfort, por su parte, es el mayor de Europa en el sector de carga aérea y uno de los principales puntos de transbordo mundial para el suministro internacional de vacunas.

Planta de Behring en Marburg (hacia 1930)
Planta de Behring en Marburg (hacia 1930) © picture-alliance/ dpa

La "farmacia del mundo"

La base del éxito del clúster hay que buscarla en su historia. Ya a principios del siglo XX, Fráncfort era considerada la "farmacia del mundo". La empresa Hoechst AG, que más tarde se ubicaría en el actual distrito de Höchst, ya producía en 1883 el analgésico sintético "Antipyrin". Y con el primer agente quimioterapéutico "Salvarsan", la sífilis perdió su horror. En colaboración con Hoechst, Paul Ehrlich descubrió el compuesto de arsénico que mataba al patógeno. Robert Koch, descubridor del patógeno de la tuberculosis, también hizo producir medicamentos a orillas del río Meno. Emil Behring, el primer premio Nobel de Medicina en 1901, produjo sus sueros curativos contra las enfermedades infecciosas de la difteria y el tétanos en sus propias fábricas de Marburg, a 80 kilómetros al norte de Fráncfort. En la actualidad, Biontech produce su novedosa vacuna de ARNm en Marburg, en la antigua fábrica de Behring.  

© www.deutschland.de

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