“Busco ofrecer apoyo y orientación a los niños”
El ingeniero automotriz Hassan Chebli entrena de forma voluntaria a niños de familias refugiadas en Berlín. Para él, el fútbol es una buena herramienta para transmitir valores.

Cuando Hassan Chebli quiere transmitir conceptos relativos a reglas y estructura, coloca conos de distintos colores sobre el campo. Pero los niños siguen corriendo salvajemente detrás del balón. Se empujan, gritan, hay algunos golpes pequeños. Hasta que uno llora. “Se acabó”, grita Chebli. Una mirada severa y, después, la orden de formar una fila. De inmediato, Yassin, Omar, Demir y los demás se colocan detrás de los conos y se quedan quietos. A continuación, comienza el calentamiento: flexiones sobre los codos. Sin parar.
“A veces debo ser estricto”, afirma Chebli. Puede verse que no le es fácil. Con su abundante cabello negro y sus cálidos ojos marrones, parece una persona más bien comprensiva. Chebli sabe que los niños buscan un apoyo, pero que también necesitan reglas. Al principio, muchas veces se le quejaban.
La paciencia es mi mayor virtud.
Muchos de los niños son del Líbano o Siria y crecieron en campos de refugiados. El entrenador Chebli, un palestino de 36 años, también vive en un centro de refugiados de Berlín desde hace tres años. Durante el día trabaja como perito en una empresa de vehículos. Por la noche, suele estar en el campo de fútbol. Chebli entrena niños de ocho a once años para la organización Buntkicktgut. “La paciencia es mi mayor virtud”, afirma el entrenador.
La iniciativa creada en Múnich en 1996 se financia con donaciones y, en la actualidad, tiene presencia en todo el país. En Berlín, juegan con regularidad alrededor de 300 niños y jóvenes en Neukölln, Kreuzberg o Wedding.
Ayuda para los padres
Después del entrenamiento, los niños cuentan lo que está sucediendo en sus vidas. Muchas veces mencionan preocupaciones o conflictos sobre los que conversan con el entrenador Chebli. Sin embargo, lo que más le interesa es poder orientarlos: “La mayoría no conoce todas las oportunidades que existen en Alemania”, asegura Chebli. Cuando vienen los padres, también los ayuda a traducir material informativo que les entregaron las autoridades. “También los acompaño a las distintas oficinas o les explico cómo enviar una solicitud para una formación o un empleo”, cuenta Chebli. Su mayor deseo es que los niños se establezcan objetivos y que aprendan a trabajar de forma consecuente para alcanzarlos. Como en el fútbol: siempre con la mira puesta en el próximo torneo.