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¡Construir, construir, construir!

Del túnel al rascacielos: la industria alemana de la construcción es sinónimo de calidad, innovación y sostenibilidad gracias a su crecimiento constante a través de sus actividades en Alemania y el extranjero. 

Wolf ZinnWolf Zinn, 16.07.2025
En la industria alemana de la construcción trabajan 2,6 millones de personas.
En la industria alemana de la construcción trabajan 2,6 millones de personas. © iStock

Temprano por la mañana en Fráncfort del Meno, a la luz de los focos de las grúas se mueven acelerados docenas de trabajadores con cascos amarillos, los camiones se desplazan de un lado a otro y las bombas de hormigón ponen sus brazos en marcha. Cada uno sabe a la perfección lo que debe hacer en la obra. No se trata simplemente de construir viviendas que se necesitan con urgencia. Por el ajetreado ritmo, el espectador curioso puede darse cuenta de inmediato de que la construcción y la ingeniería alemanas son sinónimo de una calidad especial.  

“¡Construir, construir, construir!”, fue el lema recientemente pronunciado por el canciller federal Friedrich Merz y es indudable que la industria alemana de la construcción no fracasará al momento de ponerlo en práctica. 

¿Qué tan importante es la industria alemana de la construcción? 

La industria de la construcción es uno de los sectores más importantes en Alemania. Con 360 000 empresas y 2,6 millones de empleados, su nivel de facturación anual se halla alrededor de los 430 000 millones de euros. En los estudios de arquitectura e ingeniería, se desempeñan algo más de 540 000 personas que proveen la columna vertebral de la planificación de los proyectos de construcción. 

La importancia del sector de la construcción se observa también en los números de la economía: alrededor del 11 % del producto interior bruto se destina a inversiones en el ámbito. Y con una tendencia creciente, dado que el nuevo Gobierno federal tiene la intención de invertir cientos de miles de millones en nuevos proyectos de infraestructura y obras de mantenimiento. Las empresas de construcción alemanas realizan una amplia gama de actividades y construyen todo lo que sea posible: desde edificios de viviendas y oficinas, rascacielos y carreteras, a puentes, túneles, aeropuertos, estaciones de tren e instalaciones industriales. 

Bauer AG participó en la construcción del Burj Khalifa en Dubái.
Bauer AG participó en la construcción del Burj Khalifa en Dubái. © iStock

Una industria caracterizada por las pymes 

La gran mayoría son empresas pequeñas y medianas: solo el 1,2 % tiene más de 100 empleados. Asimismo, el sector está marcado por algunos nombres importantes que exceden las fronteras nacionales, en particular, Hochtief que cuenta con 37 000 empleados y una facturación aproximada de 28 000 millones de euros. Otros ejemplos son Ed. Züblin, Max Bögl, Goldbeck y Bauer AG. 

Algunas construcciones de empresas alemanas son furor a nivel mundial. Hochtief, por ejemplo, fue responsable de la construcción de la Filarmónica del Elba en Hamburgo, un icono de la arquitectura que atrae a turistas de todo el mundo.  

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En Berlín, Züblin aplicó estándares de calidad sumamente elevados al trabajo artesanal en la reconstrucción del Palacio de Berlín. Bauer AG es conocida a nivel internacional por su especialización en ingeniería civil al haber construido, por ejemplo, el Burj Khalifa en Dubái, el edificio más alto del mundo. Hochtief llevó a cabo el túnel NorthConnex en Australia y Goldbeck se expandió en el último tiempo en Francia y Polonia con edificios modulares para oficinas y logística. La lista es interminable: son muchos los proyectos de construcción de gran envergadura alrededor del planeta que reflejan la fiabilidad y calidad de la industria alemana de la construcción. 

Viviendas, puentes e infraestructura: la calidad se une con la demanda 

En Alemania, también hay mucho para hacer. En el año 2023, se construyeron casi 300 000 viviendas, entre las que había alrededor de 263 000 construcciones nuevas. Sin embargo, estos números no alcanzan a cubrir la demanda en las aglomeraciones urbanas. El aumento en los precios de los terrenos, las elevadas tasas de interés y las exigentes normas relativas a la construcción constituyen un reto para los inversores. 

Las normas garantizan un estándar de calidad reconocido en el plano internacional. El control de la construcción en Alemania se considera uno de los más rigurosos del mundo, las disposiciones ambientales se aplican de forma consecuente y el personal formado asegura que las construcciones sean firmes, sostenibles y seguras. Sin embargo, no solo los edificios de viviendas y oficinas se benefician de esta minuciosidad que previene daños y, de este modo, ahorra recursos a largo plazo, sino que también la infraestructura, es decir, las carreteras, los puentes y las vías férreas. 

De todos modos, hay muchas empresas que expresan su deseo de desburocratizar el sistema: según una encuesta en el sector llevada a cabo por la asociación Hauptverband der Deutschen Bauindustrie, un 87 % considera necesario acelerar el proceso de autorización de los proyectos. Un 57 % cree que las entidades públicas que solicitan trabajos de construcción podrían ser más eficientes y un 50 %, que se debería flexibilizar la legislación de contrataciones públicas. Es precisamente en este marco que actuaría el “turbo de la construcción” adoptado por el Gobierno federal. La ministra de Obras Verena Hubertz destaca en este sentido que “queremos menos papel y más excavadoras. Queremos acelerar la construcción de viviendas”. 

¿Es la sostenibilidad un factor de crecimiento para la industria de la construcción? 

En relación con la adaptación al cambio climático y la sostenibilidad, la industria alemana de la construcción también demuestra su capacidad de innovación. Cada vez más empresas apuestan por nuevos materiales que protegen los recursos disponibles, como el hormigón reciclado o las construcciones híbridas con madera. Las cubiertas verdes, el aprovechamiento de la energía solar y del agua de lluvia, y los materiales de baja generación de CO2 son la norma hace tiempo en muchos proyectos. 

La construcción adaptada a las condiciones climáticas (contemplando la protección contra el calor, las lluvias fuertes o las inundaciones) se considera una oportunidad. En este sentido, Wolfgang Schubert-Raab, presidente de la asociación Zentralverband Deutsches Baugewerbe, afirma que “la adaptación al cambio climático es más que un concepto de protección reactivo: es un motor económico para toda la cadena de valor de la construcción”. Según Schubert-Raab, si los reglamentos pueden planificarse y ponerse en práctica, podría tratase de nuevos mercados con nuevas oportunidades de empleo y modelos de negocios. 

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Adaptada al futuro 

Ya sea en el túnel del enlace fijo de Fehmarn hacia Dinamarca, la reconstrucción de la estación principal de trenes de Stuttgart o los nuevos barrios residenciales modulares en grandes ciudades, las empresas alemanas de construcción y los diseñadores demuestran día a día cómo pueden combinarse la calidad, la creatividad y la sostenibilidad. 

Sin embargo, la presión continúa siendo alta: el personal cualificado es escaso, los procesos de planificación son complejos y los costes de los materiales fluctúan. De todos modos, los retos, como la protección climática, los problemas de vivienda y la modernización de la infraestructura, podrían convertirse en motores de innovación y crecimiento. Porque las empresas alemanas de construcción disponen de fortalezas determinantes para superarlos: experiencia, conocimiento técnico y una elevada conciencia de calidad. Si todos los actores (políticos, inversores, municipios, asociaciones y la misma industria de la construcción) trabajan juntos, podrían comenzar a escribir una historia de éxito que siente nuevas bases a nivel internacional. 

La ministra de Obras Verena Hubertz quiere simplificar los procedimientos de autorización de obras.
La ministra de Obras Verena Hubertz quiere simplificar los procedimientos de autorización de obras. © Geisler-Fotopress/Bartilla