"Quiero ser parte de la solución"
Vivir de la forma más sostenible posible: Tobias Pastoors, de Colonia, explica de qué prescinde y cómo organiza su vida cotidiana de forma respetuosa con el medio ambiente.
"Casi a diez kilómetros por hora, en la bici de carga no puedo circular más rápido con la lavadora. Pedaleo durante tres horas para transportar el aparato de su antiguo propietario a mi apartamento. En comparación con una furgoneta, en bicicleta he ahorrado seis kilos de CO2. Pero una bicicleta cargada al tope logra mucho más que ahorrar combustible: atraes las miradas y eres la prueba viviente de que un mundo verde es posible.
Puede ser que algún que otro transeúnte haya pensado que estoy loco. Es muy posible. Pero para lograr la transición ecológica, todos tenemos que ser un poco locos, probar cosas nuevas, salir de la zona de confort, abandonar viejos hábitos y formas de pensar.
La tecnología por sí sola no nos salvará
Nuestros recursos naturales no andan bien, y no es únicamente el clima lo que está en juego: tan solo en una década hemos perdido hasta dos tercios de nuestros insectos en Alemania, alrededor de 200 millones de toneladas de residuos flotan en los océanos del mundo, y la superficie forestal mundial se reduce cada año. Nadie sabe exactamente cuándo se producirá un vuelco de nuestro ecosistema, pero no nos queda mucho tiempo para la transición.
Actualmente se toman medidas políticas para impedir este proceso, principalmente con nuevas tecnologías más ecológicas. Es dudoso que esto sea suficiente. Solo un ejemplo: si queremos alcanzar nuestros objetivos climáticos, actualmente cada persona no debería emitir más de dos toneladas de CO2 por año. Según cálculos del Ministerio de Medio Ambiente de Alemania, un coche eléctrico consumirá aún 101 gramos de CO2 por kilómetro recorrido en 2025, incluyendo la producción y el suministro de energía en el cálculo. Considerando que un automovilista alemán recorre actualmente un promedio de aprox. 12.000 kilómetros por año, pronto se hace evidente que el futuro coche eléctrico por sí solo producirá fácilmente más de una tonelada de emisiones de CO2 por año.
Lo que hago y lo que dejo de hacer
Yo solo soy uno de los casi ocho mil millones de habitantes de este mundo. Lo que hago o deje de hacer tiene poca importancia. Pero ello no me desmotiva en absoluto: quiero ser parte de la solución y no del problema. Vivo una vida vegana, uso mi ropa hasta que se deshace, reparo en lugar de comprar, y uso lo que otros tiran. Eso no es difícil para mí, al contrario. Como consumo poco, no tengo que ganar mucho y puedo repartir mi tiempo con bastante libertad, comprometerme en proyectos que tengan sentido para mí.
Pero poder reducir mis emisiones de CO2 a menos de dos toneladas también requiere decisiones que yo percibo como renuncia: no vuelo, evito coches, no compro cosas, aunque me gustaría, escribo este texto en un portátil bastante viejo o pedaleo en una bici de carga. Quiero aportar mi granito de arena para preservar nuestros medios de vida. Y si una persona lee este texto, o ve una bici de carga paseando por Colonia y luego reflexiona al respecto, entonces ya habré logrado mucho."
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