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"El trabajo por la paz es como el caracol"

Herta Eckert, observadora de la OSCE en Ucrania, cuenta cómo la paz vuelve a Luganska.

07.10.2019
Herta Eckert en el puente entre Stanytsia y Luganska.
Herta Eckert en el puente entre Stanytsia y Luganska. © OSCE

"Mi misión como oficial de supervisión de la OSCE en Ucrania comenzó en marzo de 2015 con un viaje desde Kiev a la zona en conflicto. Cuando cruzamos la línea del frente bélico con nuestros vehículos blindados y llegamos a Luganska, mi primera impresión fue que las cosas no parecían tan mal, la vida en las calles era normal.

Pero pronto me di cuenta de que esto no era del todo cierto. En comparación con la situación antes del conflicto, las calles estaban vacías, incluso los estantes de las tiendas. No se veían casi familias con hijos. Se escuchaban a menudo ecos de los enfrentamientos armados entre tropas del gobierno y unidades no gubernamentales. Hoy en día, el frente del conflicto se extiende unos pocos kilómetros a las afueras de Luganska, la propia ciudad está en manos de las fuerzas no gubernamentales.

Una de mis principales tareas es documentar las violaciones de los acuerdos de cesación de hostilidades, y si ha habido daños en la infraestructura. Garantizar, por ejemplo, que se reparen las redes afectadas de agua o de electricidad. Por eso solemos estar en la primera línea de combate, pero también en el interior de ambos bandos. Siempre vamos desarmados. Aunque la situación general es mucho mejor hoy que en 2015, se siguen registrando víctimas civiles, en general por causa de minas.

El trabajo por la paz es como el caracol. Pero también un caracol se mueve.
Herta Eckert, Observadora de la OSCE

El trabajo por la paz es un caracol, y a menudo es frustrante la lentitud con la que cambian las cosas. Pero un caracol también se mueve. En Luganska, por ejemplo, hay un puente que fue destruido en 2015. La única conexión que permite a la población llegar del lado gubernamental al no gubernamental es desde entonces un cruce a pie a través de rampas provisionales de madera. Esto es particularmente difícil para personas mayores y con discapacidades físicas.

Sucede que muchas personas tienen familiares y amigos a ambos lados de la línea del frente de combate. Recientemente, después de años de negociaciones, el área alrededor del puente fue desarmada a ambos lados, y ahora la reconstrucción del puente está comenzando poco a poco. Es muy conmovedor ser testigo de esto.

Participo en el trabajo por la paz para varias organizaciones desde hace más de 20 años. Empecé en los años 90 en Bosnia-Herzegovina. Lo que he aprendido a lo largo de los años es que todo el mundo quiere seguridad y un buen futuro para sus hijos. El contacto con la población es lo mejor de mi trabajo, cuando escucho: "Qué bueno que estés aquí".

Para mí, la paz significa humanidad, y es lo que traemos nosotros. Aquí en la primera línea de combate, poco después de mi llegada, conocimos a una niña de seis años que vivía con sus abuelos y que venía a visitarnos a veces cuando la situación de patrullaje lo permitía. Hoy Sonja va a un internado en Luganska. Les dije a mis colegas: "Quién sabe, tal vez esta niña se convierta algún día en presidenta de su país y entonces recuerde la labor de la OSCE".

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