“Tenemos que ser más audaces”
La experta en innovación Marion A. Weissenberger-Eibl habla sobre los puntos fuertes de Alemania en temas relevantes para el futuro y los retos decisivos.
Es una de las voces más reconocidas de Alemania en materia de innovación y también ha asesorado a la canciller alemana Angela Merkel: Marion A. Weissenberger-Eibl, profesora universitaria en el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT) y directora del Instituto Fraunhofer de Investigación de Sistemas e Innovación (ISI). En esta entrevista habla de la cultura de la innovación en Alemania, su trabajo con los estudiantes y las consecuencias de la pandemia del coronavirus.
Profesora Weissenberger-Eibl, ¿hay algo que sea característico de la cultura de la innovación en Alemania?
Estoy convencida de que uno de nuestros puntos fuertes en Alemania es que abordamos problemas complejos y muy exigentes técnicamente. Ser innovador también significa encontrar nuestros propios segmentos. Alemania puede confiar en sus puntos fuertes en ingeniería de plantas industriales y fabricación de maquinaria; pero también nos distinguen los avances en la movilidad, las viviendas inteligentes y una efectiva interrelación entre la digitalización y la sostenibilidad. Esos son, en mi opinión, temas muy relevantes para el futuro. Para seguir siendo pioneros, debemos experimentar más, ser más audaces y comenzar a trabajar antes de forma interdisciplinaria. Al mismo tiempo, deberíamos ajustar nuestra definición de “errores”, no considerando un “fracaso” temprano de una idea como una derrota, sino como un paso importante hacia la futura viabilidad de esa idea.
Usted ocupa la cátedra de Gestión de la Innovación y la Tecnología en el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT). ¿Cómo enseña qué es la fuerza innovadora?
En mis cursos transmito, sobre todo, una actitud básica. Los estudiantes aprenden a desarrollar una mentalidad abierta a la innovación. Ello incluye un proceso de reflexión a través del cual podemos determinar qué decisiones fueron buenas y qué debemos mejorar. Lo llamamos visión sistémico-objetiva y así podemos valorar diferentes perspectivas. Ese enfoque es aplicable no solo a las acciones pasadas, sino también a las próximas decisiones y es igualmente recomendable para todas las empresas. Para avanzar juntos hacemos converger las perspectivas de la política, la ciencia, las empresas y la sociedad.
¿Impulsa la crisis del coronavirus la innovación?
El año pasado observamos que, en caso de crisis, muchas empresas no están lo suficientemente dispuestas a invertir en proyectos relevantes para el futuro. Si hay que ahorrar dinero, se lo hace rápidamente en la investigación y el desarrollo. Por otro lado, también hubo efectos positivos. Especialmente en el ámbito de las tecnologías digitales, las empresas se beneficiaron de haber invertido en nuevas ideas. Lo mismo ocurrió con ideas a partir de las cuales la experiencia existente pudo desembocar en productos y servicios de pronto muy necesarios, por ejemplo, en la producción a corto plazo de equipos respiratorios. Fiel al lema: la necesidad es la madre de la invención. Conservemos esa característica de probar y poner en práctica ideas con rapidez para poder seguir siendo sostenidamente innovadores también en el futuro.
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