En el laboratorio del futuro
La industria farmacéutica y de tecnología médica alemana es sinónimo de alta tecnología, innovación y progreso médico. Pero necesita unas condiciones marco fiables.

Una sala estéril, el zumbido de los equipos, rostros concentrados detrás de gafas protectoras. En la sala blanca de un centro de investigación farmacéutica, los bioquímicos pipetean una sustancia recién sintetizada en un cultivo celular. Quizás sea una molécula que cambiará millones de vidas. ¿La probabilidad? Solo un 0,02 %. Y aún así, año tras año, las empresas farmacéuticas alemanas invierten enormes cantidades de dinero en posibles nuevos principios activos.
Innovaciones en principios activos con impacto global
A lo largo de su historia, la empresa farmacéutica alemana ha logrado proezas médicas en muchos ámbitos. Por ejemplo, la vacuna ARNm contra la COVID-19 de BioNTech salvó vidas en todo el mundo durante la pandemia. Además de la “clásica” aspirina, Bayer ha desarrollado terapias para el tratamiento del cáncer de hígado y riñón, por ejemplo. Boehringer Ingelheim lanzó al mercado medicamentos contra la diabetes tipo 2 y para el tratamiento de fibrosis pulmonar, entre otros. Merck creó un inhibidor del punto de control inmunitario contra determinados tipos de cáncer. Y STADA ofrece alternativas asequibles a caros productos biológicos con anticuerpos biosimilares. La lista es interminable.
Una carrera contrarreloj
La innovación médica es cara: el desarrollo de un nuevo medicamento puede costar hasta cuatro mil millones de euros. Y es muy laboriosa: se investigan unas 10 000 sustancias, pero solo una de ellas supera todos los obstáculos para su autorización al cabo de una media de ocho a doce años. En primer lugar se realizan ensayos preclínicos, en el laboratorio y en animales, para aclarar cuestiones sobre la toxicidad y la eficacia. Solo después de esto comienzan los estudios clínicos con voluntarios humanos. Se dividen en tres fases: En la fase I, se comprueba la tolerabilidad en voluntarios sanos. En la fase II, se examina la eficacia en pacientes y, por último, la fase III comprende estudios a gran escala con varios miles de personas para determinar el efecto, los efectos secundarios y la dosis correcta. Solo cuando un medicamento alcanza los objetivos del estudio en la fase III empieza el complejo proceso de aprobación.
En 2022, Alemania ocupaba el cuarto lugar del mundo con 524 estudios clínicos iniciados por la industria, por detrás de EE. UU., China y España. Una cosa está clara: los estudios clínicos no solo aportan avances científicos, sino que también garantizan que los pacientes tengan un acceso más rápido a nuevas terapias.
Una estrategia para Alemania
Sin embargo, el riesgo de la inversión es alto y las condiciones marco, extremadamente complejas. Con su estrategia farmacéutica para 2023, el Gobierno federal presentó un concepto que pretende garantizar el suministro de medicamentos, acelerar el acceso a las innovaciones y fortalecer la competitividad de Alemania como emplazamiento farmacéutico. Los pilares centrales son la expansión de la investigación y el desarrollo, la inversión en capacidades de producción y la reducción de las trabas burocráticas.
“La estrategia farmacéutica del Gobierno alemán representa un hito en la mejora de las condiciones marco para la industria. El apoyo específico a las agrupaciones de innovación y la simplificación de los procesos administrativos pueden dar a Alemania una ventaja decisiva en la competencia internacional”, afirma Han Steutel, presidente de la Asociación Alemana de Empresas de Producción e Investigación Farmacéutica (VfA en sus siglas en alemán).

Las nuevas terapias en el centro de atención
De los 30 medicamentos con nuevos principios activos que llegaron al mercado alemán en 2023, alrededor de las tres cuartas partes estaban destinados a enfermedades oncológicas, inmunitarias o infecciosas. Más de la mitad de estos preparados se basan en procesos de ingeniería genética: biofármacos que se producen en células u organismos vivos. En Alemania están autorizados casi 400 medicamentos producidos mediante un procedimiento biotecnológico con más de 350 principios activos. Las terapias genéticas y celulares abren nuevas posibilidades no solo para aliviar enfermedades complejas, sino también para curarlas definitivamente. La medicina personalizada se basa en las características genéticas, moleculares y clínicas individuales del paciente para maximizar la eficacia y minimizar los efectos secundarios. La inteligencia artificial también está revolucionando la investigación farmacéutica al analizar ingentes cantidades de datos para identificar posibles principios activos más rápido, detectar antes los riesgos y planificar los estudios clínicos con mayor eficacia.

Tecnología médica: el discreto gigante de la industria sanitaria
La facilidad con que los descubrimientos científicos pueden traducirse en aplicaciones prácticas queda demostrada por la tecnología médica, un gran sector con numerosas empresas alemanas de éxito que suelen recibir menos atención que las farmacéuticas. “El sector alemán de la tecnología médica es uno de los sectores más progresistas e importantes de la actualidad. Con sus innovaciones y desarrollos, contribuye a mejorar la asistencia sanitaria y a hacer la vida más fácil a pacientes de todo el mundo”, afirma Marc-Pierre Möll, administrador de la Asociación Alemana de Tecnología Médica. Ya se trate de marcapasos implantados, articulaciones artificiales, prótesis, instrumentos quirúrgicos de alta precisión u obtención computarizada de imágenes: en todo el mundo, se utilizan más de 450 000 productos alemanes de tecnología médica.
El compromiso social de las empresas farmacéuticas y de la tecnología médica
Aunque las empresas farmacéuticas y de tecnología médica alemanas tienen ánimo de lucro, también asumen una responsabilidad social. Se comprometen a facilitar el acceso a la asistencia sanitaria en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo y emergentes. Un ejemplo es la Red Alemana contra las Enfermedades Tropicales Desatendidas (DNTDs en sus siglas en alemán), en la que empresas alemanas participan en iniciativas para combatir enfermedades como el mal de Chagas, la enfermedad del sueño y la filariasis linfática. En cooperación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), suministran gratuitamente medicamentos, por ejemplo para el tratamiento de enfermedades parasitarias e infecciosas.
La industria farmacéutica alemana
En Alemania operan unas 700 empresas farmacéuticas con un total de 133 000 empleados. El 84 % de ellas son pequeñas y medianas empresas. En 2023, la facturación de la industria farmacéutica alemana se mantuvo estable en algo menos de 60 000 millones. La cuota de exportación es del 63 %. En 2022, las empresas farmacéuticas alemanas invirtieron 9400 millones de euros en investigación y desarrollo. Las inversiones en activos fijos aumentaron significativamente a más de 3300 millones de euros en 2023, un aumento del 32 % en comparación con el año anterior.
El sector alemán de la tecnología médica
El sector de la tecnología médica emplea a más de 212 000 personas en unas 1500 empresas en Alemania. Con una facturación superior a 55 000 millones de euros y una cuota de exportación del 68 %, cuenta con una excelente red mundial. Entre las principales empresas alemanas de tecnología médica figuran B. Braun, Siemens Healthineers, Drägerwerk, Karl Storz, Fresenius, Heraeus, Ottobock y Carl Zeiss Meditec.