Konrad Adenauer – el canciller de la fundación
Hace 150 años nacía Konrad Adenauer, el primer canciller de la República Federal, impulsor clave de la integración con Occidente y una figura tan influyente como polémica en el juego del poder.
Es un momento histórico: el 23 de mayo de 1949, Konrad Adenauer proclama en Bonn, como presidente del Consejo Parlamentario, la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania; la nueva Constitución convierte el paisaje de ruinas de la Alemania occidental en un Estado de derecho democrático. Adenauer habla de un “nuevo capítulo en la agitada historia de nuestro pueblo”. El 15 de septiembre, apenas unos meses más tarde, el Bundestag nombra a Adenauer primer canciller federal con una ajustada mayoría de solo un voto, cuando ya contaba con 73 años. Hasta octubre de 1963, es decir, durante 14 años, Adenauer marca el rumbo y la forma del nuevo Estado.
De alcalde de Colonia a opositor del régimen nazi
Konrad Adenauer nace el 5 de enero de 1876 en Colonia, como el tercero de cinco hijos de Johann Konrad Adenauer, secretario judicial, y su esposa Helene Scharfenberg, en el modesto entorno de una familia católica funcionarial. Adenauer estudia Derecho y pronto inicia su carrera en la política municipal. En 1917 se convierte en alcalde de Colonia, donde impulsa la modernización urbana y el desarrollo económico; en 1921, suma a su cargo la presidencia del Consejo de Estado de Prusia.
Tras la toma de poder por parte de los nazis, Adenauer pasa a estar en el punto de mira del régimen. En 1933 se niega a recibir a Adolf Hitler en el aeropuerto y prohíbe izar banderas con la esvástica en los puentes de la ciudad. Poco después, el nuevo régimen lo destituye. Tras el atentado contra Hitler del 20 de julio de 1944, Adenauer es encarcelado, aunque queda en libertad semanas más tarde gracias a la intervención de instituciones eclesiásticas.
Aunque siempre mantuvo una actitud crítica hacia la dictadura nazi, Adenauer nunca llegó a formar parte activa de la resistencia. Las cartas que escribe por entonces retratan a un político dolido, pero con mirada estratégica, que mantiene la esperanza en un “después”. Después de 1945, Adenauer contribuye a fundar la “Unión Demócrata Cristiana” (CDU) en la zona británica, asume su liderazgo en 1946 y, desde ahí, se abre camino hasta la cúpula de la política de la Alemania occidental.
Arquitecto de la integración occidental
La línea política de Adenauer como canciller es clara: integra a la República Federal en el bloque occidental, tanto a nivel político como económico y militar. Con la creación de la Bundeswehr en 1955 y la reactivación del ejército, Adenauer logra imponerse pese a las fuertes reticencias tanto dentro como fuera del país. Durante el mandato de Adenauer, la República Federal se une al Consejo de Europa y a la Comunidad del Carbón y del Acero, y más tarde se integra también en la Unión Europea Occidental, la OTAN, la Comunidad Económica Europea y Euratom. Así, Alemania Occidental se convierte en un Estado reconocido internacionalmente, aunque al mismo tiempo la reunificación se aleja cada vez más y se agrava la confrontación entre bloques.
Adenauer apuesta por la economía social de mercado, siguiendo los planteamientos del entonces ministro de Economía, Ludwig Erhard: La reforma monetaria de 1948, un amplio programa de compensaciones para los afectados por la guerra y el exilio, y la expansión del Estado del bienestar allanan el camino para el “milagro económico” y dan estabilidad a la joven democracia.
En política exterior, Adenauer toma numerosas decisiones de gran repercusión internacional: En 1952, Adenauer firma el Acuerdo de Luxemburgo con Israel y la Jewish Claims Conference, un gesto histórico hacia la reparación y el reconocimiento de la culpa alemana, aunque generó una gran controversia en su día. En 1955, Adenauer viaja a Moscú y logra el regreso de prisioneros de guerra alemanes que aún permanecían en la Unión Soviética. En 1963, Adenauer y el presidente francés Charles de Gaulle firman el Tratado del Elíseo, que sella la reconciliación entre ambos países y da origen a una alianza que sigue siendo clave en el proceso de integración europea. “Tenemos que construir Europa para frenar el afán expansionista de la Unión Soviética”, llegó a decir en una ocasión, en una frase que hoy suena casi profética.
Estrategia política y zonas oscuras
Adenauer gobierna con un agudo instinto de poder. Centraliza el poder en la Cancillería, impone su autoridad sobre el partido, el grupo parlamentario y los aliados de gobierno, y no duda en utilizar los servicios secretos para espiar a sus rivales políticos, algo que choca de frente con los principios del Estado de derecho.
También pesa mucho su política de nombramientos: Adenauer nombra como estrecho colaborador en la Cancillería a Hans Globke, un ex alto funcionario del régimen nazi, y permite que numerosos exmiembros del partido nacionalsocialista ocupen puestos relevantes en los ministerios federales. La continuidad de las viejas élites es uno de los capítulos más oscuros de la era Adenauer.
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Abrir declaración de consentimientoEn 1962, durante el “Spiegel-Affäre”, Adenauer califica un reportaje crítico e investigativo de la revista Der Spiegel sobre la Bundeswehr como un “abismo de alta traición”, dejando de nuevo al descubierto su deriva autoritaria. Al mismo tiempo, la fuerte reacción pública a este ataque impulsa un refuerzo de la libertad de prensa y marca el inicio del declive de su etapa como canciller. Konrad Adenauer se mantiene como presidente de la CDU hasta 1966 y como diputado del Bundestag hasta su fallecimiento; muere el 19 de abril de 1967 en Rhöndorf, a los 91 años.