70 años de la Bundeswehr: desde su fundación hasta el cambio de época
Desde la Guerra Fría hasta la situación actual de amenaza: la Bundeswehr cuenta con siete décadas de mantenimiento de la paz, lealtad a la alianza y retos siempre nuevos.
Cuando el 12 de noviembre de 1955, con el acto fundacional de la Bundeswehr, las Fuerzas Armadas alemanas, los primeros voluntarios recibieron en Andernach sus certificados de nombramiento, se produjo un nuevo comienzo histórico. Diez años después del final de la Segunda Guerra Mundial, la joven República Federal de Alemania creó unas fuerzas armadas que, deliberadamente, no tenían nada que ver con la antigua Wehrmacht. Su misión, su liderazgo y su legitimidad se basaron desde el principio en principios democráticos. El modelo de “dirección interna”, o de la propia conducta (“Innere Führung”), concebía a las y los soldados como ciudadanos de uniforme, comprometidos con la Ley Fundamental, sometidos al control parlamentario e institucionalizados socialmente.
Desde su adhesión a la OTAN en mayo de 1955, Alemania estaba firmemente integrada en el sistema de alianzas occidentales. Durante la Guerra Fría, la capacidad defensiva de la Bundeswehr se basaba en el “principio de disuasión”. Los reclutas servían en un ejército cuya fuerza total alcanzó casi medio millón de soldados en la década de 1980. Formaba parte de un equilibrio estratégico entre Oriente y Occidente, preparado para la defensa y orientado al mantenimiento de la paz.
La Bundeswehr tras la reunificación alemana
Con la reunificación alemana en 1990, las fuerzas armadas sufrieron una transformación: partes del Ejército Popular Nacional de la antigua República Democrática Alemana (RDA) se integraron en la Bundeswehr, se fusionaron estructuras y se redujo el personal. El ejército parlamentario se mantuvo, pero la reorientación interna fue enorme: un ejército de primera línea de la Guerra Fría se convirtió en un ejército alemán unificado en la Europa unida.
Al mismo tiempo, Alemania asumió responsabilidades en misiones internacionales de las Naciones Unidas (ONU). A partir de mediados de la década de 1990, soldados alemanes participaron en misiones de paz en los Balcanes, primero en Bosnia y Herzegovina y más tarde en Kosovo. Desde 1999, la Bundeswehr forma parte de la fuerza KFOR de la OTAN en Kosovo. En 1994, la Corte Constitucional Federal de Alemania dejó claro que este tipo de misiones son admisibles en el marco de los sistemas de seguridad colectiva, siempre que el Bundestag dé su consentimiento.
Las misiones en el extranjero de la década de 2000 marcaron a una nueva generación de soldados. En Afganistán, la Bundeswehr prestó servicio entre 2001 y 2021, primero en el marco de la misión ISAF y más tarde en la misión Resolute Support. Más de 150 000 alemanes participaron en la misión y 59 perdieron la vida. El objetivo era crear un entorno seguro para la reconstrucción, una misión que se topó con límites tanto militares como políticos.
Además de Afganistán, las Fuerzas Armadas alemanas participaron en numerosas misiones dirigidas por la ONU y la UE, por ejemplo, en el Líbano (UNIFIL), en Mali (MINUSMA) y frente a las costas de Somalia (ATALANTA). Estas misiones convirtieron a la Bundeswehr en un ejército conectado internacionalmente, estrechamente vinculado a la OTAN, la UE y las Naciones Unidas. Se amplió la cooperación con socios, por ejemplo, en estructuras de mando conjuntas con los Países Bajos y Francia o en iniciativas de formación europeas.
Además de sus misiones en el extranjero, el ejército alemán también presta apoyo en el país en caso de catástrofes civiles, como inundaciones, incendios forestales o durante la pandemia del coronavirus, siempre sobre la base de la asistencia administrativa regulada por la Constitución.
Cambio de época y misión futura
Con el inicio de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania el 24 de febrero de 2022, contraria al derecho internacional, se produjo un “cambio de época”, como lo expresó el entonces canciller alemán Olaf Scholz. Desde entonces, la defensa nacional y de la alianza por parte de la Bundeswehr ha cobrado una enorme importancia. El nuevo Gobierno federal, liderado por Friedrich Merz y en el poder desde mayo de 2025, también está invirtiendo miles de millones en capacidad de defensa y proyectos de armamento, lo que es objeto de controversia entre la opinión pública alemana, sobre todo teniendo en cuenta la tensa situación presupuestaria. “La seguridad está por encima del equilibrio presupuestario”, dejó claro el ministro de Defensa, Boris Pistorius. Entre la disposición del ejército alemán a asumir cada vez más responsabilidades junto con los ejércitos de los socios de la alianza se encuentra, entre otras cosas, el estacionamiento permanente de una brigada alemana en Lituania, como parte del flanco oriental de la OTAN.
La dotación de personal del ejército alemán también está en la agenda. El servicio militar obligatorio se suspendió en 2011, tras la distensión de la situación en materia de política de seguridad, y la Bundeswehr se convirtió en un ejército profesional. En la actualidad cuenta con unos 181 000 soldados en activo; a medio plazo se prevé llegar a los 260 000, complementados con una fuerte reserva. Para hacer frente a este aumento, se está debatiendo actualmente la rápida reintroducción del servicio militar en una forma modificada.
En sus 70 años de existencia, la Bundeswehr se ha reinventado en varias ocasiones y, hoy en día, su importancia para garantizar un futuro pacífico parece ser mayor que nunca.