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Desde el vermicompostador a la cuenta bancaria sostenible

Comida, ropa, viajes: Ankathrin Förster y su familia viven de forma sostenible siempre que sea posible.    

 

23.06.2025
Ankathrin Förster con una caja llena de lombrices de tierra
Ankathrin Förster con una caja llena de lombrices de tierra © privat

“Mi madre vivía ya de forma sostenible. Iba siempre con un bote a la quesería, por ejemplo, para evitar el uso de envases. Cuando era niña, me daba mucha vergüenza. Durante mi juventud, disfruté bastante de la vida. Viajé y compré mucho. Al ser madre, empecé a pensar distinto sobre lo que implican nuestras acciones para el futuro. Así, me encontré con un libro sobre el plástico y comprendí el amplio alcance que tienen las repercusiones de las sustancias contaminantes y los microplásticos en nuestra salud y el medio ambiente.  

Para mí, es muy importante apreciar los alimentos.
Ankathrin Förster

De este modo fue que empecé a organizar nuestra vida sin plásticos. Con el transcurso de los años, hemos añadido otras cuestiones y, en la actualidad, compramos productos que no generen residuos, siempre que sea posible. No solemos comer carne u otros productos derivados de animales. Para mí, es muy importante también apreciar los alimentos. Intentamos consumir todo o reutilizar todo lo que se pueda. Los residuos orgánicos se destinan a nuestro “vermicompostador”, una suerte de compost.  

El cubo de fregar de la bisabuela 

Tenemos un coche eléctrico, pero casi no lo encendemos. Uso mucho la bicicleta y el remolque. Hoy en día, mis hijos ya tienen ocho y nueve años, de manera que pueden hacer también trayectos más largos ahora. Cuando viajamos, intentamos evitar volar. Usamos el tren o el coche eléctrico para ir a otros países europeos o disfrutamos de nuestras vacaciones dentro de Alemania. 

Renovación sostenible: pared de la cocina pintada en color arcilla
Renovación sostenible: pared de la cocina pintada en color arcilla © privat

En el caso de la ropa y otros artículos de consumo, nos inclinamos por lo usado: vamos a mercadillos y compramos en tiendas de segunda mano o en portales online que ofrecen estos productos. También heredé muchos objetos que cuido bien, como un cubo de fregar esmaltado que usaba mi bisabuela y seguro tenga más de 100 años. 

El siguiente objetivo: un contrato de móvil sostenible 

Me parece muy importante también tener mi cuenta en un banco sostenible. Lo que aún me falta es un contrato de móvil sostenible. 

Mi consejo para las personas que quieren una vida más sostenible es que los cambios con mayor efecto son aquellos que la experta en sostenibilidad Maja Göpel definió como las “4 F” en alemán: Fliegen, Fleisch, Fummel, Finanzen (en español: “vuelos, carne, ropa, finanzas”), es decir volar menos, comer menos carne, comprar menos ropa o que sea sostenible y gestionar el dinero de forma sostenible. Incluso cambiar los hábitos de un solo factor de estos ya es un gran logro”.